sábado, 24 de abril de 2010
A Cadícamo, sin que sea aniversario de nada, porque sí nomás.
+A CADÍCAMO
Ya te digo: yo, teniendo un brasero para calentar el agua, una calderita (una pava), yerba para el mate, la paso bien. Lo demás, es todo lujo. Por ejemplo, la radio. Edmundo Rivero canta: Niebla del Riachuelo. Supe estar ahí tantas noches, solo yo, la Boca, el riachuelo, una grúa fantasmal, a las doce de la noche. Más lejos, en la cantina, había unos turistas escuchando canzonettas y tangos, pero ahí estaba yo solo, hermano.
Niebla del riachuelo donde van a recalar
Barcos que en el muelle para siempre han de quedar
Sombras que se alargan en la noche del dolor
Náufragos del mundo que han perdido el corazón…
Pocos años después, sin permiso de nadie, salvo de la huesuda mano del destino, moría Rosendo Luna. Cualquiera que haya sido un náufrago en la madrugada, un náufrago cortés al uso antiguo, con el mundo borrado detrás de un vaso de caña, en un boliche improvisado para escapar de la garúa… sintió un nudo en la garganta y las lágrimas le ganaron la partida…
El tango, señoras, señores, es la excusa de la poesía para llorar a mares por los amores perdidos, por la nostalgia de la vida que se escapa de las manos... la novia, el novio que no fue… escribid tangos, jóvenes poetas… escribid tangos…. El tango es un presagio de la vida, de la plenitud de una eternidad de la cual apenas alcanzamos a divisar una luz lejana, tan lejana…*
¿Qué duendes lograron lo que ya no existe?
¿Qué mano huesuda fue hilando mis males?
¿Y qué pena altiva hoy me ha hecho tan triste,
triste como el eco de las catedrales? –
Cobián ya había muerto. Cadícamo seguía aquí. Y siguió, y siguió, quería ver el fin del siglo cambalache, el fin del mundo, tal vez…. ¡¡Siguió escribiendo tangos hasta el fin del mundo!! Bendita tristeza que mueve al poeta, compulsivamente, a escribir desde sus entrañas…
El mundo no se terminó, Rosendo Luna, y aquí estamos, y un tango nos alcanza de repente, y tenemos mil novias… y con Yino Luzzi, andamos por las calles de la vida…
E T E R N A M E N T E C A D Í C A M O
Creador inigualable, su luz no se ha apagado;
sus tangos, sus escritos, continuarán formando
reflejos de su alma, como un rico legado
que el pueblo para siempre seguirá disfrutando.
Gran Genio de la Pluma, su eternidad supera
todos los calendarios... Que los años corridos
persigan el futuro; será inútil la espera:
no hay duración que pueda sumirlo en el olvido.
La gloria es una herencia - repetirnos solía -
que se recibe cuando uno pierde la vida...
Usted rompió esa regla con su primer poesía,
ganándose de entrada la gloria merecida.
Cadícamo admirado por todo aquél que un día
al saborear sus tangos sintió su propia esencia:
quien ha entrado en su mundo de letra y melodía,
no sale porque afuera el tiempo se hace ausencia.
A.C.P. (1999)
Ariel Carrizo Pacheco es Poeta, narrador, ensayista y compositor, nacido el 30 de diciembre de 1974, en Vicente López, Provincia de Buenos Aires.
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cadícamo tango poeta
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